domingo, 3 de abril de 2011

Ambientadores / Air freshener / Luft-Erfrischungsmittel

 

  Para lo poco que veo la televisión me llama la atención la gran cantidad de anuncios que hay sobre ambientadores, sprays y otros productos que prometen transformar el  aire de espacios cerrados, limpiarlo y darle un olor especial. Como si se tratase de magia y como si nos indicasen que hoy en día un lugar sin estos olores no fuese aceptable o limpio. No importa que uno tenga sus gustos, entra en un sitio y tiene que oler esas fragancias, a narices. Hace poco estando  en la sala de espera de un médico estuve muy incómoda porque tenían puesta la calefacción, un ambientador eléctrico y las mujeres que iban entrando parecían estar en una batalla por ver quién se llevaba el premio al perfume más fuerte. Hacía poco que había superado una sinusitis y por fin podía oler pero no me gustaba nada sentirme acosada por los mensajes aéreos.  Es la tiranía de los olores fuertes.


  En 2004  un estudio de la Oficina Europea de las Uniones de Consumidores (BEUC)  confirmaba que la mayoría de los ambientadores son peligros para la salud porque contienen sustancias que provocan cáncer, alergias e  irritación de las vías respiratorias. Otros estudios apuntan a problemas hormonales. Sin embargo aún hoy, en 2011, es sorprendente la gran cantidad de espacio que se dedica en las superficies comerciales a estos productos para la casa o el coche. Esto significa que o bien a la gente no le importa arriesgar su salud  y la de los demás o que siguen ignorando la letra pequeña de los productos y lo que significan esos ingredientes. Es una confianza ciega en el mercado, un dejarse lavar el cerebro por los anuncios y una total irresponsabilidad por no pensar en lo que hay detrás de los productos y a dónde van a parar.
  Por supuesto, también una vez que han caducado van a parar a basureros donde a su vez contaminan el suelo y el aire perjudicando doblemente nuestra salud, la de los animales y la de todo el planeta de una manera irreversible.

  Queda aún mucho por denunciar e investigar. El Dr. Hans-Peter Hutter del Instituto de Salud Ambiental de la Universidad Médica de Viena, realizó un experimento que demostró con un grupo de jóvenes estudiantes que las sustancias de los ambientadores artificiales (Policíclicos contaminantes o PHAs) pueden pasar a la sangre aunque aún no pueden aclarar cómo.

  Recordemos que hay muy buenas alternativas naturales y no dañinas para "ambientar" los espacios cerrados. En primer lugar está siempre dejar que el aire fresco de la naturaleza renueve el aire encerrado. Es la neutralidad del aire fresco e inoloro el que más gusta a todo el mundo y a todas las edades, el aire más saludable y sin afectar a la subjetividad  de cada persona. En segundo lugar existe toda una variedad de productos 100% naturales algunos  desodorantes y otros para añadir olores, tanto para el ambiente como para el olor corporal. Los saquitos de tela con hierbas o flores secas, los quemadores para aceites esenciales naturales, los palitos de incienso, tener plantas y además siempre hay innovaciones interesantes como las velas de soja con aromas naturales. Recientemente se han dado a conocer también unos maceteros de aspecto futurista que se sirven de luz solar y de la actividad de una planta para purificar el aire, tal es el caso del aparato Andrea creado por   Mathieu Lehanneur and David Edwards   o el Aura Organic diseñado por Ben McGinley.  Es sólo cuestión de hacer un cambio en la próxima cesta de la compra.



Saquitos de tela con hierbas o flores secas


Maceta purificadora de aire diseñada por Ben McGinley


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