Recientemente al participar en una encuesta de un foro español me dí cuenta del gran tabú, e incluso censura, que se esconde detrás del tema vello corporal, de como vivimos cada vez más días difíciles para su existencia. No sólo es en el mundo latino, esto se ha extendido también al mundo anglosajón y otras partes del mundo donde la influencia de la imagen globalizada es la que domina.
Propóngase uno buscar a día de hoy (25 de febrero de 2011) una imagen en Google imágenes de una mujer con su vello corporal natural. A penas hay. Es como si lo normal, lo natural, lo humano, fuese la mujer sin vello.
Es mucho más fácil encontrar en Google imágenes no aptas para menores. Lo mismo ocurre en todos los medios de comunicación.
Fijémonos en la ironía y contradictora publicidad sobre todo lo relacionado con productos de depilación: en las imágenes de las modelos JAMÁS se ve un solo pelo. ¡Se depilan sobre piel depilada!
Hasta ese punto el ser humano desea estrangular la verdad, censurar su propia imagen.
A lo largo del hilo de discusión en el que participé comenté que incluso me preguntaba si en los manuales médicos de estudio de la anatomía humana habría fotos de piernas femeninas tal y como son, brazos, ...Aún no he encontrado ninguna imagen, porfavor envíenme fotos de manuales y coméntenme cómo está el asunto en el mundo de la ciencia.
Algo que muchas personas no saben es que existe dos tipos de vello en el ser humano:
A) el natural, normal, dado por su genética o su origen étnico que puede ser de más o menos cantidad.
-en un niño:
-en una mujer:
Desde este blog se quiere hacer una llamada a la tolerancia, tanto del vello como enfermedad, como el vello por origen genético o racial.
Vivimos, al menos en la parte del mundo más "occidentalizada" que es la misma que tiene más conexiones a internet y a los medios de comunicación, en una sociedad enferma de una fobia al pelo, una sociedad chaetofóbica, en la que ya no son sólo las mujeres las que se depilan compulsivamente desde la infancia sino que ahora también los hombres se avergüenzan de su vello y piden cita en la peluquería.
La superficialidad y la falta de lógica parecen no tener fin en el ser humano.
